¿Realmente hay en nuestra sociedad un grupo de presión con poder suficiente para impulsar las políticas públicas sobre género que el Estado nos están imponiendo a todos los argentinos? No. Pero sí lo tienen los organismos transnacionales financiados por los hombres más ricos del mundo.
¿Cómo es que una agenda que promueve los deseos de un 0,1% de la población está siendo impuesta a todxs, en tode el munde? Simple: DINERO.
DÓLARES
Los hombres más ricos del mundo imponen esta agenda a través
de:
- sus fundaciones personales
-la ONU
- los Estados nacionales
- sus corporaciones (publicidad corporativa y propaganda audiovisual).
-ONGs como Amnistía Internacional.
Esta ideología con la que está de acuerdo una minoría de
personas se impone a todo el resto gracias a la coerción (la imponen por ley) y
el adoctrinamiento (“el conjunto de medidas, prácticas educativas y de
propaganda tomadas por una autoridad, encaminadas a inculcar determinados
valores o formas de pensar en los sujetos a los que van dirigidas”).
Sus estrategias principales son: subvencionar a universidades
para la creación de cátedras que promuevan la ideología, pagar a activistas y
médicos, promover “litigios estratégicos” y generar contenido audiovisual.
"FUNDACIONES" "FILANTRÓPICAS"
ARCUS, Gill, Ford Foundation, Gilead Sciences y la Open Society de Soros son los principales financistas del lobby, y las sigue TIDES (https://www.tides.org/), cuya función es terciarizar las donaciones de corporaciones y particulares y enviarlas a los activistas (los revolucionarios necesitan ser motivados).
Por ejemplo, en Argentina, tomemos al azar el caso de akahataorg.org, que se presenta como “los niños traviesos que cuestionan el género…” y participa del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Estos niños traviesos son los más funcionales aliados del imperialista capital transnacional.
Estos valerosos revolucionarios a sueldo que se rebelan contra el poder establecido explican que se plantean “trasladar sus operaciones financieras a otro país, ya que estas restricciones (cambiarias) y las dificultades operativas junto con los costos económicos que esta situación implica afectan severamente a nuestra asociación”.
Bienvenidos al siglo XXI: La revolución cotiza en dólares y a los rebeldes los financian los hombres más ricos del mundo.