Ya en su tiempo los bolcheviques vendían la utopía de que iban a acabar con la violencia humana. Ellos traían la solución:
Implantar el comunismo.
(El capitalismo era el origen de todos los males).
Ahora es el sistema patriarcal.
Todos los males, léase asesinatos. Violaciones. Ataques. Prender fuego a alguien, matar gente a golpes, degollar, cortar gente en pedacitos... Pero también el maltrato y el abuso. Todo.
Todas las tendencias violentas han sido implantadas artificialmente durante la socialización de los individuos, hijos sanos del patriarcado.
La humanidad pudo haber sido angelical, y con el derribamiento del patriarcado lo será.
Sólo tenemos que implantar esto que te vendo.
La locura y la maldad humanas, y toda la violencia, declaradas artificiales y foráneas. Sumamente conveniente. Todo producto de un sistema artificial, en los dos speech, el bolchevique y el bolchequeer. Los bolches decían que se iba a terminar con el comunismo. Cuando implantaran esto que ellos te vendían, íbamos a tener el paraíso en la tierra, humanidad angelical y pacífica.
Sigmund Freud les contesta a los bolcheviques, y les dice que eso “es sólo una ilusión, una esperanza utópica”.
Porque sabía de psicología humana. No era infalible Sigmund Freud, pero sabía era que en el ser humanos existen impulsos irracionales violentos, en el inconsciente de las personas, que están ahí.
Sabía que la violencia, locura y maldad humanas no eran algo artificialmente implantado durante la socialización. Al contrario. Si falla la socialización, no quedan neutralizados los impulsos infantiles perversos narcisistas.
Si falla la resolución del complejo de Edipo no se instaura el superyo, y la ley, y obtenemos un narcisista en una perpetua lucha entre su omnipotencia y todo límite, ley y autoridad. Un individuo completamente destructivo para sus semejantes.
Con la revolución francesa, que traía “libertad, igualdad y fraternidad”, se puso de moda la guillotina, empezaron a rodar cabezas, los revolucionarios se acabaron matando entre ellos, hasta que diez años después instauraron un emperador, nada menos. Napoleón. No parece que cambiar un sistema político por otro sea la solución a la maldad humana y a la violencia humanas. Y si ves la Unión Soviética, Stalin, con la consigna de implantar la justicia social, acabó con millones de víctimas. China, Corea del norte, Cuba, está claro que el comunismo no acaba con la maldad humana, sino al contrario. La maldad humana, sencillamente, empieza a funcionar en las nuevas condiciones, igual o recargada.
Pero los bolches, ellos mismos sumamente perversos narcisistas, siempre le quieren cargar todos los males a los rivales políticos (negación y proyección, mecanismos perversos narcisistas por excelencia), no lo reconocen, la maldad es fascista, y fascistas son los otros, y ellos traen el BIEN.
La utopía progre
Cuando derribemos el sistema patriarcal habrá paz, bondad y no violencia. Nadie será atacado, violado ni asesinado. El reseteo de la humanidad. “Sólo una ilusión, una esperanza tópica”. Elemento clave del producto que se vende: utopía. Estos movimientos políticos capitalizan esos anhelos. Les venden espuma. Mentira.
La psiquiatría y la neurología, la ciencia, dice que existe la psicopatía. Los cerebros psicópatas se pueden observar en las resonancias magnéticas. Funcionan distinto. El psicópata nace, no se hace, y no se corrige.
Los psicópatas
Sin controles internos. Sin autoconsciencia. Amorales. Carecen de conciencia y de empatía. Su móvil es conseguir autogratificación, y carecen de sentido de lo correcto e incorrecto. Entienden la diferencia entre el bien y el mal, intelectualmente, pero para ellos esa distinción no tiene sentido, carece de importancia y no incide en su comportamiento. Abusan. Atacan a los que encuentran frágiles o desamparados. El psicópata se casa. Muchas veces sus matrimonios son cortos. Pero no ama. Para él una pareja es un «contacto»: Una fuente de cobijo, ropa, dinero, status, diversión y o gratificación sexual: Son parasitarios. Carecen de sentimientos de afecto. No establecen lazos emocionales. Tienen profunda incapacidad para preocuparse por el dolor y el sufrimiento ajeno. Establecen relaciones parasitarias. La psicopatía no remite. Tienen incapacidad para aprender de experiencias pasadas. Los psicópatas cumplen perfectamente los requisitos legales y psiquiátricos para ser declarados mentalmente sanos: Entienden las reglas de la sociedad y el significado del bien y del mal. Son capaces de controlar su conducta. Y se dan cuenta de las consecuencias potenciales de sus actos. Pero no les importa. Son depredadores. “Son predadores humanos”.
Fríos, crueles, violentos cuando lo necesitan, o por mero impulso irracional del momento. Son monstruos en piel humana. Uno de los mayores, sino el mayor experto en psicopatía, el Dr. Robert Hare, escribió “Sin conciencia”. Y dice: “Asumimos que la conciencia es universal, pero dista mucho de serlo.” Un psicópata no es un hijo sano del sistema patriarcal. Y no lo vas a neutralizar borrando el binarismo sexual, es la idea más absurda jamás oída. Y una de cada cien personas, por lo menos, es psicópata.
Trastorno de la personalidad antisocial, psicópatas y sociópatas
Martha Stout en “El sociópata de la puerta de al lado” dice: Es muy equivocada esa idea de decir “Mira de lo que es capaz el ser humano”. Error. Mentira. “El ser humano” no es capaz de asesinar a golpes a alguien, de violar, atacar, prender fuego a una persona, o de desfigurarla a golpes. O de someterla a esclavitud. Mentira. Claro que los que dicen esto atribuyen esa maldad a los demás, no a sí mismos, cuando dicen “la humanidad es capaz de eso”.
Hay determinadas personas que son capaces de llevar a cabo esos actos. Un porcentaje de la población con estas características psicológicas, las personas psicópatas y sociópatas que se catalogan bajo el rótulo “trastorno antisocial de la personalidad.”
Marta Stout dice: Son el 4%, 1 de cada 25 personas.
Y como en muchas patologías y trastornos mentales, hay mayor prevalencia de hombres. Pero no son hijos sanos del patriarcado. No son seres humanos sanos, al contrario, y no los vas a eliminar ni neutralizar borrando el binarismo sexual.
Sí hay ciertas condiciones que favorecen la manifestación de esas tendencias. Pero están ahí, en los seres humanos, en la materia prima con la que operan las sociedades.
Hace una década que no deja de crecer la población carcelaria en la Argentina. Más del 90% de los presos no tiene terminada la primaria. El diez por ciento de las violaciones se producen en Salta, que tiene el 3% de la población del país. O sea que los criminales, al menos los que acaban presos, son población marginal. Pero tus abanderados anticrimen no te van a decir “acabemos con la marginalidad para reducir el crimen”. No. Porque es demasiado abrumadora la tarea, y eso atraería atención sobre la clase política en el poder, la nombraría responsable del desastre de la desintegración social.
Así que mejor digamos que el problema es el patriarcado.
La izquierda va por ahí repitiendo que la violencia humana es hija sana del sistema patriarcal, y que es cosa nomás de borrar el binarismo sexual.
La misma izquierda que se está convirtiendo en un movimiento de masas no porque traiga ninguna solución a los problemas sociales, ni porque diga la verdad, sino al contrario, porque usa métodos demagógicos, los cuales consisten en decir a la gente lo que quiere oír.... Porque saben que no cala la verdad. Calan las ideas que gustan, las más lindas. Rápidas y fáciles recetas. Soluciones mágicas. Sabe que no interesa la realidad, que la gente está ávida por comprar ilusiones.
Superioridad moral mata ciencia
La izquierda vende ideas que te hacen sentir superior moralmente.
Ya lo dijo Charles Manson, cómo manipular a las personas, diciéndoles lo que quieren oír acerca de sí mismas.
Y ¿Qué queremos oír?
Que somos buenos y somos los mejores. Y los buenos no podemos acusar a nadie de ser malo. No hay nadie malo, sólo víctimas. Del sistema.
Somos así de nobles que somos incapaces de ver la maldad humana.
Y cuando nosotres establezcamos la justicia social, o sea borremos el binarismo sexual, todes quedaremos incluides, todes seremos iguales. Caballlito de batalla de la izquierda, nunca querría reconocer que hay psciópatas y sociópatas. Independientemente de lo que digan los expertos y la ciencia.
Ya sabemos que ideología mata ciencia.
Nada de estigmatizar a nadie. No digas violador, es más, ya están haciendo la campaña para desestigmatizar inclusive a los pedófilos. Ya hay dos charlas TED, libros, etc.
Luego la misma izquierda azuza a las mujeres para que salgan a gritar a las calles, al aire, “basta de asesinarnos”.
Es un reclamo dirigido al aire.
“Basta de asesinarnos”, como un reclamo al aire, como que todo las asesina, o todos, o alguien, o algo, como que hay una niebla flotante asesina, como en un libro de Stephen King.
Hay un culpa flotante, una niebla asesina que está asesinando mujeres.
Y esa niebla asesina está compuesta por TODO HOMBRE. Todo hombre blanco heterosexual es culpable y violador y asesino en potencia.
¿Psicótica? Sumamente.
Lo que pasa es que la izquierda se quiere autopercibir inclusiva. Que “nosotres somos buenes, los fascistas son malos”. (Fascista: dícese de todo aquel que critica a la izquierda: sólo está movido por el odio y el mal).
Así que en el criminal (violador, asesino) no hay culpa alguna, es una víctima del sistema. Por otro lado, muerte al hombre blanco heterosexual porque el violador eres tú. Los hombres blancos heterosexuales, como están socializados en el sistema patriarcal, son violadores en potencia todos.
Y esa misma izquierda es anticarcelaria. Paradoja. Justicia, justicia, y saquen a los presos de las cárceles, y se opone a los proyectos de endurecer las penas a los violadores y asesinos: Derechos humanos. Porque encarcelarlos es fascista. Es la misma corriente de pensamiento.
Analizar la cosa desde la psicología, no desde la ideología, y reconocer la existencia de un fenómeno humano, los impulsos y trastornos antisociales, tiene el costo de renunciar a la ilusión de que podríamos vivir como teletubies a la vuelta de la esquina, si sólo renovamos el sistema sexo/género.
Absurdo. Completamente ridículo, tanto el diagnóstico como la solución.
Y lo que dice la psicología, la psiquiatría y el psicoanálisis, no importa una miércoles.
Esta gente no lo va a reconocer porque es moralmente superior al que lo hace: No estigmatiza a nadie.
No le interesa analizar la realidad. La ideología es un sistema de pensamiento que te impide pensar. Positivamente te impide analizar. Es un catecismo. Un speech.
Camaradas.
Crean burbujas teóricas tautológicas alienantes. No piensan y tienen la consigna de no pensar. Toda teoría no alienada está enferma de una enfermedad que sólo puede curar ella.
Mecanismos perversos narcisistas
Jean-Charles Bouchoux. Por este mecanismo psicológico, el conflicto interno se va a externalizar, se va a dramatizar, es el mecanismo por el cual un homosexual reprimido puede atacar a otro homosexual, porque en esa persona ve externalizado su conflicto interno, lo proyecta, y ataca a esa persona homosexual, porque al atacar a esa persona lucha con su propio conflicto interno.
La perversidad narcisista es un cuadro presicótico.
Un libro: “El hombre violento”. Ta ta ta ta, el specch, violencia es esto, violencia es lo otro, el hombre violento hace esto, el hombre violento hace lo otro, “el” hombre es violento, esto es muy platónico, no asesina un individuo puntual, hay un hombre ideal asesino, este en particular es solo una copia. Todos los hombres son iguales.
Diez años después el libro de Jean-Charles Bouchoux y es el mismo libro, sólo que no se llama “El hombre violento” sino “El perverso narcisista”. “El hombre” no ejerce toda esa cantidad de violencia que nos detallan: Lo hace el perverso narcisista.
Impulsos sádicos: sentimientos de placer al causar daño a otros.
Delirios y esquizofrenia.
Trastornos de la personalidad: Más de una decena.
La violencia humana es ubicua, y es absurdo, naif e ignorante que creas que el binarismo sexual es el origen de la violencia humana, y que borrándolo vas a acabar con ella.
Con elle.
Lawrence Kohlberg. Estadios del desarrollo moral
(Kohlberg era sicólogo y doctor en filosofía)
Una parte de la humanidad está centrada en sus propios deseos y necesidades. Aparte de eso, quiere evitar el castigo. Sólo el miedo al castigo la aparta de hacer o dejar de hacer, sencillamente, lo que se le antoja, quiere y le conviene, con sus semejantes. Incluido estafar, robar, o esclavizar. Antes de actuar sólo se pregunta ¿En qué podría beneficiarme esto? Lo bueno y lo malo tiene que ver con las recompensas. MÓVIL: EL INTERÉS PERSONAL. A esa persona sólo le importan las consecuencias directas para sí misma. La moral es algo de los otros (Heteronomía). Lo que hago o no, dependerá de las consecuencias para mí.
¿Cómo serán las parejas que establezcan estas personas? ¿Sanas e igualitarias? ¿O sólo medios para complacer sus propios deseos?
Si en vez de autoglorificar la propia ideología la gente tuviera la honestidad para, de verdad, analizar qué pasa en la sociedad, y cómo solucionar los problemas, podrían obtener muchas conclusiones razonables.
Pero no recetas facilistas.
Y ése es el problema.